sábado, 4 de junio de 2011

Masoquismo power


Aunque no os lo vayáis a creer, tras el post que escribí hace meses, estoy en plena época de exámenes. Que sí, que sí, que decidí seguir con lo mismo en otra universidad (esta vez online).

Ahora todos me diréis: ¡Hay que ser masoca! ¡Y tenéis toda la razón!
Yo creo que el masoquismo lleva conmigo toda la vida y, a estas alturas, no lo iba a abandonar ¿no?

Recuerdo mi infancia. Ya por aquél entonces mis padres no sabían qué hacer conmigo. En cuanto aprendí a andar, se dieron cuenta de que no tenía remedio.

¿Habéis intentado alguna vez apartar una pared? ¡Yo sí! Y es que ya me podía dar de golpes contra ella que, por mis narices, algún día acabaría apartándose.
Un día se apartó. Un día decidieron hacer reformas en casa y la derribaron. Entonces me acerqué a ella sonriendo y le dije: - ¿Ves? ¡gané!

Estaba claro que, si había podido con una pared, podía con cualquier cosa. ¡Era invencible!
Las personas me esquivaban, las cortinas me evitaban y las puertas me tenían miedo, tal y como me acercaba se abrían solas.

Lamentablemente, todo superman tiene su criptonita, y la mía la encontré a las puertas de un centro comercial.
Iba yo corriendo, dispuesta a chutar con todas mis esfuerzas una "pelota" que había y, allí, a mi corta edad, descubrí que una piedra era mucho más fuerte que yo.

Han pasado los años y aún me sigo preguntando ¿quién fue el listo que decidió poner bolas de piedra en la puerta de un centro comercial?
Yo creo que el inventor era un apasionado de "vídeos de primera" que pensó: - venga, vamos a poner pelotas de piedra y que la cámara apunte hacia ellas... que nos vamos a partir la caja. ¬¬

Moraleja: jamás chutéis pelotas de piedra, no sabéis quien os puede estar observando.

¡Que vayan bien los exámenes!